Movida Promovida

Es curioso que un gobierno tan conservador como el de Esperanza Aguirre promueva en estos días los años de la Movida, casi siempre renegada, incluso por los que más tajada han sacado de ella en sus años posteriores.Exposiciones, conciertos e incluso conferencias, en las que se debate, en primer lugar si hubo movida y ya entonces cuándo tuvo su principio y su fin, más que nada para poder celebrar su aniversario.En mi humilde e infantil opinión (era un niño en esos años, aunque algo logré llegar a respirar de todo aquello) sí que hubo algo que ahora no hay; una actitud (primero elitista y luego generalizada), una permisividad de las instituciones y, sobre todo, unas enormes prisas por recuperar el tiempo perdido, algo que llevó a muchos a la autodestrucción.Pero quedaron muchas cosas buenas, mucha creatividad (aunque el peor alcalde de Madrid, Álvarez del Manzano, lo negara) y en general una alegría que todavía no ha vuelto a la capital, que cada vez se cree más lo de centro del reino que lo de ciudad abierta y cada vez tiene más de snob, pero en el mal sentido, porque vuelve a las peores actitudes de la intransigencia y la exclusividad propias de los 'nuevos ricos'.Quizás sean ciclos, y en los noventa le tocó a Barcelona (igual que Berlín o el París de los sesenta) o quizás es la derecha carca que todo lo impregna, a pesar de que Madrid en teoría era progre, pero lo cierto es que ahora lo que más falla es que no hay movida, es decir, que la gente no se mueve, van de un lado para otro muy deprisa, eso sí, pero falta creatividad, alegría y que las élites intelectuales dejen de ser eso, élites que solo aspiran a convertirse en lo que nunca serán: recordados, sencillamente porque solo se conocían ellos mismos.

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SorteOS

Está claro que somos el país con la lotería más importante del mundo, el del que haría si me tocase y el de la ilusión por tener el suficiente dinero como para mandar al carajo a tu jefe. La ilusión de que toque a unos pocos, prácticamente a un porcentaje ínfimo, apenas invisible, ayuda a soportar la rutina diaria al resto de la población, vamos, a casi todos y todas. Es el llamado impuesto de los tontos, pero aquí todos somos tontos, o más bien imbéciles, porque nuestra lógica queda supeditada a un aturdimiento mental total. Esto en el fondo no pasa de ser una ingenua fantasía que no hace daño a nadie. El problema está en que nuestras necesidades básicas dependan del azar. Imaginemos que todas las mañanas sorteasen nuestra ración diaria de comida: ¡vaya! ¡casi me toca! ¡Otra vez será!, hoy nos quedamos sin comer, como siempre. Esto es tan absurdo como lo que pasa ahora en la realidad, pero lo peor es que somos tan imbéciles que esa ilusión nos alimenta.El problema de la vivienda es algo muy grave que está ocurriendo en la sociedad, aunque parece que no lo suficientemente grave, a tenor de que las únicas manifestaciones multitudinarias que hay ahora provienen de la derecha y su único objetivo es recuperar el poder perdido.Las viviendas de protección oficial, las únicas a un precio razonable (que no baratas) son en teoría una ayuda para que los sectores más desfavorecidos de la sociedad (inmigrantes, familias con pocos recursos, desahuciados...) accedan a poder tener una casa. Pero es que ahora se trata de la última oportunidad para la mayoría de los jóvenes, todos hijos de trabajadores que pagaron su casa en poco tiempo, y trabajando, bien formados, bla, bla, bla ...Pero esa pequeña posibilidad de que nos toque..., solo por eso merece la pena aguantar y, porqué no, seguir votando a los políticos que sabemos que son los últimos y primeros responsables, aunque se siga culpando al mercado. Y es que los políticos se sienten muy orgullosos de sus sorteos: los publicitan meses antes de las elecciones regionales y municipales y aparecen en los informativos autonómicos como esas noticias alegres por las que todos debemos alegrarnos. Nunca se sabe, un día puede que nos toque a nosostros y solo por eso merece la pena no protestar, porque eso es de perdedores ¿no?.

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1 euro para Espe

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